El descubrimiento de artefactos y jeroglíficos únicos sugiere que ciertas regiones de Egipto, particularmente en el desierto occidental, desarrollaron identidades culturales distintas que pueden haberse perdido en la historia. Estos hallazgos están generando nuevos debates sobre la diversidad regional dentro del reino y la posibilidad de que existan reinos o clases dirigentes aún no descubiertos.